19-11 Editamos nuestros cuentos

Un cuento de Sofía Zoloff


             Había una vez una niña que vivía en un vecindario oscuro. Las casas no estaban pintadas. Siempre había charcos aunque no lloviera. Sus calles eran de tierra. Casi no había otros niños y la gente no hablaba con los vecinos.

             Muchas de las casas estaban aún en construcción.

             Lara se aburría todo el tiempo. Vivía sola con su tía. Sus padres estaban en el hospital hace meses porque esperaban un hermanito y su mamá estaba enferma.

             Claudia trabajaba mucho, por ello casi nunca estaba en casa. La mansión era grande y silenciosa. Sus habitaciones, oscuras y apagadas, resonaban con ecos extraños a cada sonido interior. Hasta el tic-tic de los relojes se escuchaba. Había muchos porque su abuelo había sido coleccionista.

             La casa tenía una gran biblioteca, con cientos de libros, pero a Lara no le gustaba mucho leer. La tía no la había podido llevar al colegio lo suficiente como para leer con soltura, entonces la lectura era para ella casi una tortura. Tampoco había libros para su edad.

             Y los días pasaban y la tía trabajaba. A Lara le gustaba mucho ir a danza pero su tía no la podía llevar. Ella es dulce, amorosa, buena y divertida. Lamentablemente estos últimos meses la habían hecho cambiar de muchas formas. Parecía una persona distinta.

            Un día la tía se había ido a trabajar y a Lara le dio hambre. Se puso a cocinar una hamburguesa. 


Continuará...

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