EJEMPLOS DE LITERATURA
LA RIA DEL EO
Todos los amantes de Figueras y la ría disfrutamos viendo imágenes de la zona, pero los que estamos lejos con mucho más motivo que los que esteis por allí y la vivais en directo.
Además de las imagenes de hace tiempo cuya visión nos produce un recuerdo imborrable que nos hace retroceder a las vivencias de entonces, hay otro recuerdo que estos dias de confinamiento me produce el mismo efecto, algo que seguramente os pasará igualmente a vosotros cuando terminéis de leer lo siguiente.
EL CONCIERTO DE LOS SONIDOS DE LA RIA
Cuando cierro los ojos dispuesto a recordar, hay una serie de sonidos característicos que me trasladan a mi juventud. En la ría, sobre todo en la zonas de la línera, el molino o Berbesa el concierto que oía hace años era todo un clásico inconfundible . Imaginaros cuando estaba con el "Carmucha" de Candado remando por delante del molino hacia la línera. El primer sonido, constante y machacón, es el característico chirriar del estrobo, el remo, el tolete y la talamera al remar. Al pasar justo delante de la compuerta del molino, dejas de remar para contemplar el paisaje y con la marea bajando, se oye un suave murmullo de la salida del agua del interior a la ría. Al mismo tiempo se oyen diferentes "instrumentos", tales como los graznidos de gaviotas por la ria, mezclados con los de las pegas que se mueven por los prados y castaños. El ruido que produce el viento con las hojas de los eucaliptus de la zona. Al mismo tiempo se oye el sonido característico de la lancha de pasaje con aquellos motores antiguos,
en sus idas y venidas por la ría .
En un momento de silencio, se oyen unas voces de gente de tierra que están en el campo o con el ganado y como no el sonido de las esquilas que hacen las vacas. Otro instrumento perdido hoy es el chirriar de los carros antiguos con los bueyes. También interviene en mi concierto el sonido, entonces esporádico, que se oía en algún momento por el trabajo del astillero, como cuando suena el bombo, además de la sirena que sonaba con gran puntualidad. Tambien la sirena de la rula para indicar la venta del pescado. Entre todos estos sonidos se metia por en medio el tañir de alguna campana de Figueras, Castropol o Ribadeo y según el dia y el viento, se podia oir a lo lejos la música de alguna fiesta o romeria. Por último, un instrumento que para mi particular orquesta y caracteristico en su día, era el ruido de los camiones al cambiar de marcha y acelerar en la zona de Berbesa al pasar el puente del río y empezar el repechon hacia "el esquilo" Ese concierto, sin partitura, pero tan maravilloso, hoy en día es irrepetible, pero cuando cierro los ojos en un momento de silencio, me suena en los oídos tal cual os le he descrito. Seguro que alguien de los que leáis esto también recordaréis lo mismo que
yo.
Precioso relato,
, sobre la evocación del sonido en la Ría. Precioso, evocador, aire lleno de vibraciones en medio de un silencio sacro. Durante el confinamiento estricto, el silencio ha sido impresionante. Pero en él había sonidos también. La voz de los pájaros, por primera vez en mucho tiempo en primer plano, voces de cristal finísimo. Las campanas de Figueras y Castropol. El ladrido de la perra de Las Torres, lejano y melancólico. Y tus propias pisadas. ¡Tus propias pisadas! Gracias, hermano, por este puñado de paz.
, sobre la evocación del sonido en la Ría. Precioso, evocador, aire lleno de vibraciones en medio de un silencio sacro. Durante el confinamiento estricto, el silencio ha sido impresionante. Pero en él había sonidos también. La voz de los pájaros, por primera vez en mucho tiempo en primer plano, voces de cristal finísimo. Las campanas de Figueras y Castropol. El ladrido de la perra de Las Torres, lejano y melancólico. Y tus propias pisadas. ¡Tus propias pisadas! Gracias, hermano, por este puñado de paz.
POESÍA
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